viernes, 1 de marzo de 2013

1.2.3 EL DIÁLOGO

El diálogo es una forma oral y escrito en la que se comunican dos o más personajes en un intercambio de información entre sí.
También se usa como tipología textual en lingüística y en literatura cuando aparecen dos o más personajes que usan el discurso diegético, llamados interlocutores. En este sentido constituye la forma literaria propia del género literario dramático y, como tal, se divide en parlamentos o peroraciones entre personajes que se dirigen mutuamente la palabra.
Un diálogo puede consistir desde una amable conversación hasta una acalorada discusión sostenida entre los interlocutores, y es empleado en géneros literarios como la novela, el cuento, la fábula, el teatro o la poesía. En una obra literaria, un buen diálogo permite definir el carácter de los personajes: la palabra revela intenciones y estados de ánimo, en definitiva, lo que no se puede ver, y en ello radica su importancia. Esta modalidad exige un gran esfuerzo de creación, ya que obliga a penetrar en el pensamiento del personaje, como en el caso de Edipo rey de Sófocles.
También se considera un género literario propio, surgido en Grecia con los Diálogos de Platón, continuado por los romanos (Cicerón, por ejemplo) y revitalizado en el Renacimiento en latín (ErasmoLuis Vives, etc.) y en lenguas vulgares (Juan de ValdésPero Mexía etc.; como tal posee tres tipos diferenciados: el diálogo platónico, el diálogo ciceroniano y el diálogo lucianesco. El platónico tiene como objetivo hallar la verdad y un tema primordialmente filosófico. El ciceroniano posee un marco paisajístico bien constituido, es de tema primordialmente político, judicial y retórico y en él tienen cabida largas exposiciones. En el lucianesco, así llamado por su creador, Luciano de Samosata, predomina la intención satírica y el humor, y el tema puede ser muy variado, incluso fantástico.
El diálogo en una narración, reproduce de forma directa las palabras que se cruzan entre dos o más interlocutores.

EL ENFERMO (Jesús Fernández Santos. Los bravos)
Palabras del narrador.El chozo tenía una pequeña puerta hecha con madera de cajones; dentro, un hombre joven, de cara quemada, respiraba anhelante, envuelto en una manta parda del ejército. El médico dejó su cartera en el saliente de la pared que hacía de banco todo a lo largo del muro y le tomó el pulso.
Palabras de un personaje.¾¿Cómo andamos?
Palabras del narrador.El enfermo esbozó una sonrisa.
Palabras de los personajes.¾Malamente; me duele aquí.¾¿Aquí?¾Sí, ahí mismo.
Palabras del narrador.La temperatura marcaba cerca de los 39. Vidal, en pie, miraba desde la puerta la cara brillante de sudor de su compañero, esperando la menor indicación para hacerse útil.


¾Así es ¾respondió el médico.

Rasgos del estilo indirectoRasgos del estilo directo
- Un narrador nos cuenta la conversación mantenida entre los interlocutores.- Para dar cohesión y sentido, se utilizan ciertos recursos:
  • Oraciones unidas mediante verbos y enlaces (dijo que..., sabía que...).
  • Nexos o conectores que unen párrafos o ideas (En fin..., pero...).
  • Formas verbales en tiempos distintos a los de la conversación directa (exigiría, vendría...).
- Escribe literalmente la conversación de los personajes.- Traduce al lenguaje escrito las mismas palabras y entonaciones de la conversación, usando recursos como:
  • La raya (¾) para indicar que habla un personaje o el nombre del personaje directamente.
  • Entre paréntesis van las aclaraciones sobre el carácter o movimientos del personaje.
  • Los signos de interrogación, de admiración...
  • Hay que diferenciar la parte narrativa de la parte dialogada.
  • Debe quedar claro qué personaje habla en cada momento; pero no se debe abusar si está claro de quién son las palabras.
  • El lenguaje de cada personaje debe estar en consonancia con su forma de ser y de actuar.
  • El diálogo escrito debe ser tan espontáneo como el diálogo oral, con interrupciones, exclamaciones, frases entrecortadas...
  • En la escritura, la intervención de cada personaje se escribe en línea aparte y se separa de la parte narrativa mediante una raya.

  • Definición.

  • Características.
  • Un buen diálogo.

  • Características.
  • Formas.
  • Ortografía.

  • Entrevista.
  • El entrevistado.
  • El entrevistador.
El diálogo en la narración
Cuando contamos lo que dijeron los personajes, sin reproducir sus propias palabras es un diálogo en forma indirecta.
El enfermo preguntó si era pulmonía, y el médico asintió.
Si reproducimos textualmente lo que dicen los personajes, hacemos un diálogo en forma directa.
¾¿Es pulmonía? ¾preguntó el enfermo.
Para introducir diálogos en la narración hay que seguir unas normas:
El diálogo.
Es una conversación entre dos o más personas, mediante la que se intercambian información y se comunican pensamientos sentimientos y deseos. Puede ser oral o escrito.
Características del diálogo oral.
· Las personas que hablan se llaman interlocutores.
· Es muy expresivo puesto que intervienen los gestos, la entonación y la actitud.
· Es espontáneo y se utilizan frases cortas y simples.
· Suele tener errores y frases sin terminar.
· Respetar al que habla.
· Hablar en tono adecuado.
· No hablar todos a la vez.
· Saber escuchar antes de responder.
· Pensar en lo que dicen los demás.
· Admitir las opiniones de los demás.
Características del diálogo escrito.
. Se utiliza mucho en el cuento y la novela para dar vivacidad y autenticidad al relato.
· Es la forma de escribir el teatro.
· Es mucho menos expresivo y espontáneo que el oral.
· Tiene menos errores que el oral porque da tiempo a pensar y corregir
· Estilo directo. El autor reproduce exactamente las palabras de los personajes que hablan.
- ¿Qué te parece la fotografía? - preguntó Sara.
Javier contestó:
- No está mal, pero los colores han salido algo oscuros.
· Estilo indirecto. El autor reproduce la conversación entre dos personajes, pero no textualmente.
Sara le preguntó a Javier qué le parecía la fotografía. Él contestó que no estaba mal, pero que los colores habían salido algo oscuros.
· Hay que usar correctamente los signos de puntuación.
· Siempre que habla un personaje se escribe en otra línea y con un guión delante.
· El narrador debe aclarar al lector siempre qué personaje habla, pero sólo si es necesario.
La entrevista.
Es un diálogo especial que sirve para que conozcamos mejor a una persona a base de hacerle preguntas.
Normalmente es una persona importante que interesa a la gente. Debe evitarse el contestar con monosílabos. Es más conveniente comentar las respuestas para reflejar nuestra personalidad.
Debe permanecer en un segundo plano y llevar las preguntas preparadas después de haberse informado sobre el personaje al que va a entrevistar.
 1.- El diálogo es el arte de concertar, entre dos o más personas, las contradicciones que manifiestan sus ideas y sentimientos, cuidando de respetar la diversidad de sus criterios, para concordar las semejanzas y diferencias entre sus ideas o estados de ánimo, con la explícita intención de comprender y ajustar sus diferencias, para lograr la comunicación interpersonal.
1.1.- En el vocablo "diálogo" el prefijo "dia" conlleva en sí la distinción entre dos o más significados que deben separarse del "logo", sufijo que significa idea, palabra, expresión, razón, etc..
1.1.2.- Para dialogar entre dos o más personas conocidas, es necesario tener una amorosa intención de armonizar las relaciones con quienes por desinteligencia1 se han distanciado afectivamente. El deseo de armonizar induce a desarrollar "consciencias sintónicas"2 de entendimiento entre opiniones diferentes o contradictorias con la finalidad de comprenderse y comunicarse.
1.1.3.- Existen muchas formas de intercomunicarse con nuestros semejantes, pero no deben confundirse los argumentos de la conversación, de la discusión, de la polémica con los razonamientos del diálogo, porque mientras aquellos tienen la finalidad de obligar con razones a creer o hacer una cosa, el diálogo conlleva el sentido y el deseo de proponer una idea o un criterio, a pesar de tener diferentes pareceres que distinguen las opiniones de una persona respecto de otras, de modo que con cortesía y consideración case y venga justo con la razón del otro.
1.1.4.- Cuando se comprueba que una persona es daltoniana, se admite sin obstinación que esa persona evidentemente percibe el verde como rojo y el rojo como verde. Tomar conciencia de la existencia del síndrome de la discromía hace que unas personas sintonicen sus contradicciones, adaptándose coherentemente para comunicar sus diferencias.
1.1.5.-.La discromía es una distorsión de los estímulos sensoriales en la percepción cognitiva de los colores. Ciertos patrones sensoriales determinan que todas las personas perciban diferentes gamas de colores, olores, sonidos, sabores y de tactación. La distorsión de las sensaciones condiciona y diversifica las percepciones ideatorias y sensoriales, modificando las aptitudes cognitivas. A estas distorsiones habremos de llamar "distropías".
1.1.6.- Toda persona es distrópica, por eso, percibe diferentes aspectos de lo que otros perciben de su entorno físico, psíquico como intelectivo. La percepción extrasensorial diversifica estas capacidades.
1.1.7.- La diversidad sensorial involucra las abstracciones artísticas, líricas o psicológicas, y aún cuando sean ajenas o ilusorias con respecto a la de sus semejantes, no dejan de ser evidentes a sus sentidos, ni excluyen la capacidad sintónica de su percepción.
1.1.8.-Para concertar esta complejidad de las percepciones sensoriales y extrasensoriales, es indispensable el diálogo motivado por el interés de entender el por qué de las diferencias y divergencias ideatorias que unas y otras personas manifiestan en sus opiniones y pareceres.
2.- La incapacidad para comprender las razones ajenas conduce a la manía de discutir y polemizar los unos contra los otros, en una competencia que no tendrá más propósito que persuadir a los demás de la infalibilidad de sus criterios, en el equivocado entendido de que sólo unos tienen la razón.
2.1.- Al egotista3 no le interesa conocer el sentir de los demás, por eso, al observar el anverso de una moneda, niega y rechaza el reverso de la misma.
2.2.- Aquellos que con necedad hablan sin escuchar la opinión de sus interlocutores, revelan incapacidad para comprender las razones ajenas, privando a sus interlocutores el derecho de expresar sus sentimientos de ánimo, opiniones, pareceres y discernimientos sobre el tema que los vincula.
2.2.1.- El que impone sus criterios, no toma conciencia de que es muy probable que su interlocutor haya perdido el interés y la intención de escucharlo, sobreviniendo los conflictos por desentendimiento.
2.2.2.- Cada persona percibe una parte del todo. Si se desea tener nociones del todo, es indispensable conocer las otras partes, y estas sólo son percibidas por quienes están en posiciónes diferentes y aún cuando no sean iguales a nuestras percepciones, constituyen aspectos oponentes de la misma realidad.
Como su nombre lo indica, el Diálogo consiste en una intercomunicación directa entre dos personas, que conversan ante un auditorio sobre un tema, cuestión o problema determinado de antemano.
Los dialoguistas han de ser personas capacitadas, expertos o especialistas en el tema que tratan, pues del diálogo que realizan el grupo debe obtener información, actualización, opiniones o puntos de vista de cierta significación o importancia. El grado de informalidad del Diálogo dependerá de las circunstancias y de la modalidad de los protagonistas, pero ha de mantenerse en un nivel que responda a las expectativas del grupo, con la ilación necesaria, ingenio y dinamismo que atraiga la atención de un auditorio interesado en el tema.
El Diálogo permite obtener datos diversos de dos "fuentes" a la vez, hace reflexionar a los espectadores, y por su propio desarrollo y flexibilidad mantiene despierta la atención del auditorio.

¿Cómo se realiza?

Preparación:
Se trata, en verdad, de una técnica sencilla y de fácil realización. Deben elegirse dos dialoguistas conocedores del tema, pero además capaces de mantener un diálogo vivo e interesante. Es preferible que ambos posean puntos de vista distintos de enfoque, lo cual no quiere decir contradictorios. Antes de la reunión de Diálogo se pondrán de acuerdo sobre la estructura del mismo, harán un esquema flexible de desarrollo en el cual figuren los aspectos por tratar, el tiempo, los subtemas, un cierto orden, etc. Podrán preparar material ilustrativo para usar en el momento oportuno (diapositivas, filminas, láminas, cintas grabadas, etc.)

Desarrollo:

  • Un miembro designado al efecto, o el organizador, formulara el tema por tratarse, presenta a los expertos invitados, y explica el procedimiento que ha de seguirse. Cede la palabra a los dialoguistas.
  • El diálogo da comienzo y se desarrolla de acuerdo con el esquema previamente establecido, lo cual de ningún modo significa que cada uno "recite su parte", sino muy por lo contrario, que se entable una conversación animada, flexible, a veces incisiva, en lo posible ingeniosa, y teniendo siempre en vista la expectativa del auditorio.
  • Los dialoguistas deben evitar toda retórica, actuar cooperativamente, mantener la ilación dentro del tema, aportando equilibradamente sin olvidar que no se trata de una "entrevista" sino de un diálogo informativo con responsabilidad compartida.
  • La duración del diálogo será la prevista (por lo común alrededor de 30 minutos), y luego el organizador puede invitar al auditorio a que se haga preguntas a los protagonistas.


  • Sugerencias Practicas:
    Si así se desea, luego del Diálogo el grupo puede discutirlo organizándose en Foro o en Phillips 66.
    Si el grupo es numeroso, el Diálogo debe realizarse en un escenario o tarima:


    Si es reducido, puede formarse un círculo en el cual estén también los dialoguistas:


    Es importante que todos puedan ver y oír sin dificultad. El Diálogo se hará en voz alta y sin precipitaciones. En grupos muy numerosos es conveniente el uso de micrófono.
    Existen conductas que favorecen la resolución de conflictos de forma pacífica: saber escuchar, saber defender la posición de cada uno respetando los sentimientos de la otra persona, saber pedir perdón cuando se comete una falta. Por otro lado, algunas conductas “entorpecen” la resolución de conflictos, como los insultos, las amenazas y las generalizaciones. Las agresiones verbales precisamente forman parte del tipo de maltrato que aparece con mayor frecuencia en los jóvenes en los centros educativos. El aprendizaje de las habilidades sociales y de comunicación son básicos para resolver o regular conflictos de forma pacífica.







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